El organismo humano busca la armonía, la resolución de lo inconcluso. Existe la necesidad de la racionalización de los estímulos. Si la mente humana consiguiera este proceso de racionalización y equilibrio en todo aquello que busca se alcanzaría un estado de ingravidez, de equilibrio inmóvil, de equilibrio absoluto. El contraste es la contrafuerza de ese apetito humano: desequilibra, sacude, estimula, atrae la atención; sin él la mente se movería hacia la erradicación de toda sensación y el mundo de los objetos sería muy insípido e inexpresivo.
Visión de Diseño Industrial.
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